Débito – Tarjetas de Crédito Sin Crédito
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Antes de las tarjetas de débito

Antes del siglo XXI, si querías comprar comestibles o ir al centro comercial, tenías cuatro opciones de pago, cada una con sus propias desventajas: efectivo, cheques, tarjetas de crédito y financiación a corto plazo.
El efectivo siempre es confiable para realizar una compra, pero es propenso a perderse o ser robado. No todas las tiendas aceptan cheques, tanto por su incomodidad para cobrarlos como por la facilidad del fraude con cheques (emitir un cheque sin tener los depósitos bancarios necesarios para pagar). Tanto el crédito como la financiación a corto plazo incluyen cargos por financiamiento, por lo que usar estos métodos solía encarecer las compras.
Además del efectivo y los cheques, la mayoría de la gente llevaba una tarjeta de cajero automático, que podía usarse en los cajeros automáticos para retirar efectivo y consultar saldos bancarios sobre la marcha. Como la mayoría de la gente ya tenía estas tarjetas, muchas tiendas de conveniencia instalaron cajeros automáticos cerca de sus cajas registradoras, para que los clientes pudieran retirar efectivo directamente antes de realizar una compra. Esto significó que muchas tiendas podrían eliminar la necesidad de aceptar cheques o tarjetas de crédito (que también incluyen tarifas de transacción para los negocios por cada compra) y permitir que todos los clientes usen efectivo, sin necesidad de que lo lleven consigo todo el día.
El nacimiento del débito
Este sistema comenzó en la década de 1970, cuando se inventaron los primeros cajeros automáticos, y continúa vigente en algunas tiendas de conveniencia más antiguas que no han adoptado sus propios lectores de tarjetas. Sin embargo, en las décadas de 1980 y 1990, algunas grandes tiendas de comestibles y otras cadenas comenzaron a integrar el sistema de cajeros automáticos directamente en sus cajas. Esto permitió realizar compras en cajeros automáticos, permitiendo a los clientes realizar pagos directamente desde su cuenta bancaria, sin depender de cheques. Este sistema se denomina “débito en línea”, ya que cada vez que se realiza un pago, el lector de tarjetas de débito valida la compra inmediatamente con el saldo de la cuenta y ejecuta la transacción.
Este sistema era popular (y sigue vigente), pero faltaba un elemento: las tiendas de todo el mundo ya aceptaban tarjetas de crédito, y la integración de los cajeros automáticos con el sistema de pago era costosa. Para superar este último obstáculo, los bancos emisores de tarjetas de cajero automático comenzaron a trabajar directamente con los emisores de tarjetas de crédito para desarrollar la Tarjeta de Débito moderna, una tarjeta de cajero automático que también puede procesar pagos en cualquier lugar donde se acepten tarjetas de crédito. Este tipo de pago, llamado “débito offline”, funciona de forma diferente: en lugar de validar la transacción inmediatamente, las compañías de tarjetas de crédito las validan por lotes (normalmente en uno o dos días).
Débito en línea y fuera de línea

El débito en línea funciona casi al instante. Si tiene una aplicación móvil para su cuenta corriente, probablemente verá que los fondos se debitan de su cuenta unos minutos después de completar una compra. La tarjeta de débito fuera de línea no funciona tan rápido. En lugar de debitar los fondos inmediatamente, el procesador de tarjetas de crédito suele retener el importe de la compra en su cuenta y debita el pago unos días después.
Debido a esta demora, le recomendamos llevar un registro de todas sus compras con débito; de lo contrario, podría sobregirarse accidentalmente con solo una consulta rápida de su saldo bancario.
A veces, tendrá la opción de elegir la transacción que desee: si un lector de tarjetas pregunta “Débito o Crédito” para su tarjeta, la transacción de “Débito” suele ser en línea, mientras que la opción de “Crédito” suele ser fuera de línea.
Límites y tarifas de débito
Las tarjetas de débito funcionan de forma similar a las de crédito para comprar algo, pero las comisiones son muy diferentes. Las tarjetas de crédito generan ingresos cobrando intereses sobre los préstamos; por lo general, no cobran a los clientes por cada transacción (ni limitan el número de transacciones que pueden realizar).
Las tarjetas de débito utilizan los saldos bancarios existentes, por lo que no se aplican intereses, pero los bancos sí cobran por usarlas.
Las tarjetas de débito típicas emitidas a jóvenes pueden tener diferentes tipos de cargos:
- Comisiones de la cuenta: se trata de una comisión que se cobra por tener una cuenta corriente. Esta comisión suele aumentar o disminuir según el tipo de cuenta corriente; las cuentas que ofrecen mayor flexibilidad con la tarjeta de débito suelen ser más caras.
- Límites de uso: su banco puede limitar el número de veces que puede usar su tarjeta de débito al mes (hasta 10 transacciones). Si excede este límite, generalmente se le cobrará una comisión por transacción.
- Comisiones por sobregiro: las comisiones por sobregiro se aplican cuando gasta más con su tarjeta de débito de lo que tenía en su cuenta corriente. Su cuenta corriente puede permitir o no el sobregiro. Puede optar por activarlo o desactivarlo. Si su cuenta no permite el sobregiro e intenta realizar una transacción de débito en línea, esta será rechazada.
Preguntas de desafío
- ¿En qué se diferencian una tarjeta de débito y una tarjeta de crédito?
- ¿En qué se diferencia usar una tarjeta de crédito en un cajero automático de usar una tarjeta de débito?
- ¿Cómo saber si algunos cajeros automáticos cobran por sus servicios?
- Enumera 5 lugares con cajeros automáticos cerca de donde vives.