Deuda buena, deuda mala

Deuda buena, deuda mala

Quienes empiezan a gestionar sus finanzas personales ven la deuda como una especie de fantasma. Un espectro que acecha, intentando atrapar a la gente en ciclos inevitables de pagos mínimos y recargos por mora. O, al menos, algo que hay que evitar siempre que sea posible.

En el fondo, todos sabemos que no es así. Tener una buena cantidad de deuda es casi esencial para el crecimiento, pero asumir muchas deudas pequeñas también puede ser muy perjudicial para el resultado final.

Cómo distinguir entre deuda buena y deuda mala

Cuando hablamos de deuda buena, generalmente nos referimos a la deuda contraída para aumentar sus ingresos futuros o su patrimonio. La deuda mala, por otro lado, es la deuda contraída sin obtener una ganancia real a largo plazo.

Ejemplos de deuda buena

La deuda buena puede incluir cosas como:

  • Préstamos estudiantiles para obtener un título o certificación que mejore tus perspectivas laborales.
  • Una hipoteca de vivienda.
  • Refinanciar un préstamo de vivienda para mejoras en el hogar.
  • Un préstamo para auto.
  • Deudas de tarjetas de crédito a corto plazo.
Las mejoras en el hogar podrían aumentar el valor de reventa de su casa.

En todos estos casos, la deuda tiene un propósito específico. Un préstamo estudiantil para financiar tus estudios es una inversión a largo plazo que aumenta tu potencial de ingresos. Solicitar una hipoteca para comprar una casa puede aumentar considerablemente tu patrimonio neto a largo plazo, y las cuotas hipotecarias suelen ser inferiores a las del alquiler.

Refinanciar tu vivienda significa solicitar un préstamo basado en el capital acumulado con pagos anteriores. Esto puede permitirte reducir tus tasas de interés o financiar mejoras que aumenten el valor de tu vivienda antes de venderla. Los préstamos para automóviles pueden aumentar considerablemente tus perspectivas laborales al ofrecerte una opción de transporte flexible. Endeudarse con tarjetas de crédito a corto plazo puede ser beneficioso para tu situación financiera actual, dependiendo de las comisiones bancarias y las ventajas de la tarjeta.

Cuando la deuda buena se vuelve mala

La deuda buena es cualquier tipo de deuda que le permite generar crédito, comprar una casa, iniciar un negocio o invertir en sí mismo. Desafortunadamente, cuando la deuda buena no se gestiona correctamente, puede convertirse fácilmente en deuda mala. La deuda mala es cualquier tipo de deuda que conlleva una alta tasa de interés y tiene el potencial de causarle dificultades financieras si no se controla. Aquí hay ejemplos de cómo la deuda buena puede convertirse fácilmente en una carga y una fuente de estrés financiero.

  • Si no terminas tus estudios, aún estás obligado a pagar tu préstamo estudiantil.
  • El interés que pagas por la hipoteca de tu vivienda puede ser mayor que el aumento de valor de la propiedad a lo largo del préstamo.
  • Puedes refinanciar tu vivienda a una tasa de interés menos favorable.
  • Puedes solicitar un préstamo para un auto y terminar con uno que necesite reparaciones constantemente.
  • Puede surgir una crisis que te lleve a realizar compras que aumenten el saldo de tus tarjetas de crédito.

Todas estas transformaciones pueden ocurrir sin previo aviso, pero una buena planificación financiera le ayudará a identificar los riesgos antes de asumir deudas, para que esté preparado para cuando las cosas salgan mal.

Identificación de riesgos

Identificar los riesgos potenciales antes de endeudarse es un ejercicio de planificación financiera. Aquí es donde analizas lo que esperas que suceda y determinas las probabilidades de que algo salga mal. Por ejemplo, ¿qué pasará si no cumples con tus pagos mensuales? ¿Qué cargos por mora e intereses tendrás que pagar? Explora múltiples opciones de financiamiento para comparar si estás obteniendo el préstamo más conveniente para tus necesidades.

A continuación, se presentan factores específicos que debes considerar para cada tipo de deuda que se aborda en esta lección.

Préstamos estudiantiles

Antes de elegir a qué universidad asistir o qué programa estudiar, haz una lista de tus cinco áreas de interés principales. Luego, investiga empleos en cada uno de esos campos y encuentra respuestas a las siguientes preguntas:

  • ¿Cuánto paga cada trabajo?
  • ¿Cuánta competencia habrá en este campo laboral cuando esté listo para solicitarlo?
  • ¿Cuáles son los costos a largo plazo de la deuda por préstamos estudiantiles? ¿Podré pagar los préstamos requeridos con los trabajos disponibles en este campo?

Este ejercicio puede ayudarle a visualizar lo que necesita hacer para tener éxito en cada trayectoria profesional potencial, y a determinar qué tan probable es que asumir esta deuda dé frutos.

Hipotecas para vivienda

Antes de solicitar una hipoteca para comprar una casa, necesita comprender sus obligaciones financieras. Además del precio de la propiedad, deberá pagar los costos de cierre, los impuestos y el seguro de la propiedad, y otros honorarios legales. Para saber si la inversión vale la pena, debe considerar cuánto tiempo planea vivir en esta casa y cómo cambia el valor de las propiedades en esa zona con el tiempo. ¿Subirán los precios de las propiedades en esa zona para cuando desee venderla?

Si perdiera su trabajo, ¿cuánto tiempo podría pagar la hipoteca? Recuerde que, mientras alquila, es mucho más fácil mudarse a un lugar más económico que intentar vender su casa.

Refinanciación de un préstamo

Antes de refinanciar una hipoteca, considere cuidadosamente cuánto necesita. Refinanciar para obtener una mejor tasa de interés suele ser una buena idea, pero invertir en mejoras en el hogar puede ser más complicado. ¿Aumentarán esas mejoras el valor de su casa cuando llegue el momento de venderla? No es buena idea refinanciar una hipoteca solo para depositar el efectivo en su cuenta bancaria, pero si tiene otras deudas que pagar, el efectivo obtenido mediante la refinanciación puede ser útil.

Manteniendo su deuda al día

¿Cómo puedes evitar que tus deudas se vuelvan malas?

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La clave es ser realista sobre su posible compra y dejar de lado las emociones en la medida de lo posible.

¿Esta deuda mejorará su situación financiera a largo plazo? Si es así, tómese el tiempo para hacer una lista detallada de los posibles riesgos para estar preparado ante cualquier eventualidad.

A continuación, evalúa cómo el endeudamiento afectará tu presupuesto o tu plan de gastos. La deuda a largo plazo se considera una necesidad fija, mientras que la deuda de tarjetas de crédito a corto plazo es una necesidad variable.

Si todo esto te parece mucho trabajo antes de hacer una compra, tienes razón. ¡Lo es! Endeudarte es algo que siempre debes considerar cuidadosamente. Las deudas afectarán significativamente tu capacidad para alcanzar tus demás objetivos financieros.

Controlar tus finanzas personales es clave para tener un buen endeudamiento. Siempre que puedas administrarlo responsablemente y realizar los pagos a tiempo, no deberías tener nada de qué preocuparte. Sin embargo, si esta deuda se vuelve inmanejable, es importante encontrar la manera de resolverla lo antes posible para evitar consecuencias a largo plazo.

Es fácil sentirse abrumado si esto te sucede, pero recuerda que puedes negociar con tus acreedores para obtener mejores condiciones de pago o consolidar varias deudas en un solo préstamo. ¡Tener un presupuesto realista te ayudará a priorizar el pago de la deuda hasta que vuelvas al buen camino!

Preguntas de desafío

  1. Explique con sus propias palabras la diferencia entre deuda buena y deuda mala.
  2. ¿Cómo puede una deuda buena convertirse en deuda mala?
  3. ¿Cómo pueden las emociones aumentar su deuda?
  4. Al refinanciar una vivienda, ¿qué riesgos se deben tener en cuenta?
  5. ¿Hay maneras de minimizar la deuda?

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