Invertir en bonos
Si busca una rentabilidad constante de su inversión sin preocuparse por las fluctuaciones del mercado bursátil, le conviene considerar invertir en bonos.
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Los bonos suelen tener una rentabilidad inferior a la de las acciones, los ETF y los fondos mutuos, pero ofrecen a sus inversores un pago de intereses constante cada año, generalmente mucho mejor que el que obtendría con su cuenta de ahorros.
Existen tres tipos principales de bonos:
- Bonos Corporativos, que son deuda emitida por empresas individuales. Muchas grandes empresas prefieren emitir bonos en lugar de más acciones, ya que estas otorgan una parte de la propiedad de la empresa. Una vez que una empresa liquida el bono, este desaparece y los actuales propietarios conservan sus acciones.
- Bonos del Tesoro, emitidos por el Gobierno Federal de EE. UU. Esta es la “deuda nacional” de la que tanto ha oído hablar: puede comprar una parte y obtener un rendimiento de su inversión.
- Otros Bonos Gubernamentales: Estados, ciudades, condados y prácticamente todos los demás gobiernos también emiten sus propios bonos. Estos suelen ser más riesgosos que los bonos del Tesoro (y son más difíciles de comprar directamente para un inversor individual), pero suelen ofrecer una mayor rentabilidad.
Si tiene una cuenta de corretaje, generalmente puede comprar bonos directamente a través de ese canal. Muchos fondos mutuos también poseen bonos para mantener una buena relación riesgo, por lo que algunos inversores los poseen sin siquiera saberlo.
Precios de los Bonos
Cuando una empresa o un gobierno emite bonos por primera vez, estos tienen un valor nominal, que suele ser de $1,000, y una tasa de interés establecida o “tasa de cupón” que pagan al tenedor del bono. Esta tasa de interés está determinada por los mercados de tasas de interés en el momento de la emisión del bono. Una vez que posee un bono, puede mantenerlo hasta su vencimiento (es decir, hasta que el bono haya vencido y se hayan realizado todos los pagos) o puede venderlo a otros inversores. Dado que los bonos pagan una tasa de interés fija, su precio de mercado varía a medida que varían las tasas de interés vigentes.
Si las tasas de interés suben, los precios de los bonos bajan, porque los bonos pagan una tasa de interés fija. Si un bono emitido el año pasado paga un 5% y uno emitido este año paga un 6%, la gente vendería el bono del 5% y compraría el del 6%.
Del mismo modo, si bajan los tipos de interés, los precios de los bonos suben.