6-08 Gestión

Una empresa puede tener el mejor producto del mercado, muchísimo dinero en efectivo, una enorme reserva de personal talentoso y la mayor fidelidad de sus clientes, pero todo esto puede desaparecer en un instante con una mala gestión en la cúpula. Del mismo modo, una empresa con un director ejecutivo enérgico y con presencia pública puede atraer mucha más atención hacia el negocio y sus productos, generando tanta publicidad como todo su departamento de marketing.

Liderazgo vs. Dirección

La alta dirección de la mayoría de las empresas se sitúa en un espectro entre “Líderes” y “Directores”.

Liderazgo

Los líderes se esfuerzan por inspirar a su empresa hacia la grandeza. Los líderes siempre buscan tomar la iniciativa, tanto en el mercado, probando nuevas estrategias innovadoras en cuya planificación participan activamente, como dentro de la propia empresa, inspirando a sus equipos a alcanzar su máximo potencial.

Un “Líder” suele buscar la atención de los medios para destacar la innovación y la vanguardia de su empresa y crear conciencia pública de que su empresa (y, generalmente, ellos mismos) son los mejores. Un “Verdadero Líder” puede inspirar a su empresa hacia la grandeza atrayendo a los mejores talentos a su equipo e impulsándola constantemente hacia adelante. Sin embargo, un “Verdadero Líder” también puede llevar a la empresa a la ruina al promover estrategias menos acertadas y “revolucionarla” de maneras que terminan alejando a sectores comprometidos de la empresa y a su base de clientes.

Dirección

Los directores se centran más en los aspectos prácticos de la gestión empresarial. Se centran menos en ser el centro de atención y más en garantizar que las operaciones de sus organizaciones sean óptimas. Un director sólido se centra más en contar con el equipo adecuado, en buscar activamente a las personas adecuadas y en delegar responsabilidades activamente en un equipo de confianza.

Un “director” puede seguir recibiendo atención mediática, especialmente si las cosas van bien o mal, pero generalmente se mantendrá alejado de los focos. Es más probable que los directores adopten un enfoque colaborativo al desarrollar la estrategia general de la empresa. Esto suele ser más estable, pero también puede desalentar la innovación rápida.

Cómo fallan las cosas con la gerencia

Los líderes y directores también pueden crear sus propios problemas en una empresa, impactando directamente a los accionistas.

Problemas de liderazgo

Los líderes pueden decir o hacer cosas insólitas, y como es más probable que ya reciban atención mediática, todo el mundo lo sabe de inmediato. Vinculan el valor de la empresa a sí mismos a nivel personal, por lo que sus acciones y carácter repercuten en el precio de las acciones.

Los líderes se enorgullecen de ser impulsores del cambio; si cambian en la dirección equivocada, pueden causar grandes problemas rápidamente. Cuando los accionistas empiezan a cansarse del liderazgo, es más probable que una empresa con un “líder fuerte” simplemente despida y reemplace al director ejecutivo.

Problemas de dirección

Un mal director tiene menos probabilidades de causar problemas inmediatos en el mercado de valores, pero es más probable que cause problemas de “mala gestión” en general. Si el equipo que han formado no trabaja bien en conjunto, esto conduce a una disfunción a largo plazo en la empresa. Si no logran incorporar la innovación y las ideas innovadoras del resto de la empresa, se arriesgan a que empresas más dinámicas los superen en el mercado.

Cuando las cosas empiezan a ir mal en una empresa con un líder directivo, es de esperar que muchos directivos de nivel inferior sean despedidos antes de que lleguen al propio director general.

Qué buscar como inversor

Como inversor, el tipo de liderazgo que busca depende del tipo de empresa en la que invierte. Si busca acciones de alto crecimiento que buscan revolucionar su sector, probablemente busque empresas con líderes fuertes que puedan adaptarse con facilidad, pero evite empresas con líderes que aparecen constantemente en las noticias por las razones equivocadas.

Si busca rentabilidades consistentes y una estabilidad a largo plazo, probablemente le convenga centrarse en empresas con una gestión que se incline hacia la dirección.